¿Qué condujo a la rica Argentina a un colapso en toda regla? El escritor Antonio Tello sondea las causas en su cultura cívico-política

Una potencia impotente

Antonio Tello Historia breve de Argentina. Claves de una impotencia SÍLEX 389 PÁGINAS 22 EUROS

Eva Muñoz
Culturas
La Vanguardia

“¿Cómo un país tan rico como Argentina puede ir a la quiebra? Ésta es la pregunta cargada de perplejidad que se hacen millones de personas ante la ruina y el colapso social y económico padecidos por Argentina en los primeros años del siglo XXI.” La reflexión que da respuesta a esta pregunta es la que articula el excelente libro Historia breve de Argentina. Claves de una impotencia,del escritor, poeta y periodista hispanoargentino Antonio Tello (Villa Dolores, Argentina, 1945). Sin embargo “no hay enigmas ni misterio alguno en la respuesta”. Las causas históricas que han conducido a Argentina al borde del abismo, no obstante ser la tercera potencia económica de Latinoamérica, “están vinculadas fundamentalmente al anómalo desarrollo de su cultura cívico-política”.

Dicho muy resumidamente, esas causas están asociadas a un país que no ha sido capaz de superar el modelo colonial, que sustituyó la dependencia española por la británica primero y la estadounidense después. Favorecido esto por una sociedad fuertemente estratificada, con una oligarquía que tampoco fue capaz de ir más allá de sus intereses de clase impulsando un verdadero proyecto nacional sustentado en unas instituciones democráticas que representaran a todos los ciudadanos. O, tal como lo expresa Tello: “Podría afirmarse que las elites dirigentes argentinas, como todas las latinoamericanas, nunca superaron el espíritu dependiente de su origen colonial y, una vez emancipadas de la madre patria, buscaron otras madres para seguir justificándose y disfrutando de los privilegios que les venían otorgados. El resultado de este trauma no resuelto es un Estado artificial, sin vínculo con la sociedad civil, e institucionalmente impotente para generar una nación soberana”. Así como graves desequilibrios geodemográficos, dentro de los que se inscribe la posición hegemónica de la metrópolis porteña. La “cabeza de Goliat” que decía Martínez Estrada, la que “pensaba y generaba la cultura de un país que imaginaba urbano, pero cuya realidad era rural”, síntoma éste de una tendencia a la impostura que también desenmascara el autor.

“No es mi intención ser duro, sino enfocar las cosas desde un punto de vista realista. Los argentinos tenemos tendencia a la autocomplacencia, y eso impide reconocer los propios errores”, dice Antonio Tello, al que visitamos en su estudio, en unos bajos del Eixample barcelonés. Llegó aquí el 16 de enero de 1976 desde París, adonde había escapado con su familia tras ser amenazado de muerte por la siniestra Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Acababan de concederme el estatuto de refugiado político.

Pero yo no quería que se me tratara como a un paria ni ´vivir de la revolución´. Quería ganarme la vida como cualquier otro. Yami mujer le deprimía la grisura del cielo. Cuando llegamos a Barcelona, me parece que fue el paseo de Sant Joan donde nos dejó el autocar, vi tal intensidad del verde que le dije a mi mujer: aquí hay luz”, recuerda. “Creo que todo intelectual debe reflexionar sobre su país. Es decir, sobre el lugar donde vive”, y se apresura a aclarar que podemos charlar sobre cualquier periodo de la historia española o catalana. Aunque, como escritor – Tello ni es ni pretende ser un historiador-, lo más interesante e iluminador es reflexionar sobre el carácter de su gente. Y, en efecto, el libro aborda la historia del país no en el sentido más convencional, sino desde la perspectiva de la conformación de una sociedad y su carácter. “Existen dos caracteres paradigmáticos que recoge la literatura: Martín Fierro y el viejo Viscacha. Martín Fierro es un viejo gaucho, cuyo fondo noble y suerte escasa le hacen creer que debe plegarse al orden establecido. Por el contrario, Viscacha esun individuo tramposo, capaz de escupir el asado para que nadie más pueda comer”. Ambos expresan un mismo sentido “de desesperado acomodo a la realidad”. Lo más importante de Martín Fierro, sin embargo, es “la nobleza”. Pero “¿cuál es su principal carencia? La carencia de una cultura del trabajo. Por eso no puede comprender el progreso”.

Cuando Antonio Tello tenía once o doce años, su familia se trasladó a Río Cuarto, “una ciudad rica en la periferia del país”. El padre era un pequeño empresario que lo había perdido todo. Tuvo que volver al campo, luego trabajó en unas minas de tungsteno y, finalmente, en una central eléctrica. “La casa que nos construimos era obviamente humilde. Pero mi padre dijo: ´Aquí hay que traer agua, electricidad y teléfono´. Y lo hizo. En Argentina hay sectores de la población emprendedores e imaginativos, pero siempre ha habido un gran divorcio entre la población y las instituciones del Estado. El segundo problema es que junto a ese sector crece una masa indolente que ha sido históricamente alimentada por el caudillismo”. El golpe militar del general Uriburu el 6 de septiembre de 1930 significó la quiebra del orden constitucional que apenas había arrancado en 1912 y el comienzo de la década infame,que “considerando la prolongación de sus consecuencias hasta los inicios del siglo XXI podría denominarse era infame”. Ahí se inscriben desde el peronismo hasta la dictadura del terror del general Videla. Pocos meses antes de este último golpe, en diciembre de 1975, Tello dejó el país amenazado de muerte. De aquel clima de represión política da cuenta Los días de la eternidad,segunda novela que publicó en España, tras De cómo llegó la nieve y antes de El hijo del arquitecto,trabajo que le sirvió para reencontrar su propia voz tras años de destierro, o para descubrir que “la argentinidad es una abstracción poética”. El poemario Sílabas de arena, el volumen de cuentos El interior de la noche o el ensayo Extraños en el paraíso son otras obras del escritor, que había debutado en Argentina en 1973 con El día en que el pueblo reventó de angustia.

En el análisis de Tello no hay paños calientes. Reconocer que el colapso económico, social y político de los últimos años es, al mismo tiempo y de forma más inmediata, consecuencia de “un orden económico que desdeña la condición humana”, no invalida su diagnóstico previo. Al contrario. Esta Historia breve de Argentina irritará a más de uno, y probablemente eso sea una buena señal. Se trata de un libro que bucea en la cultura cívico-política del país para conocer las razones de su impotencia, condición necesaria para superarla.