“La inseguridad en general los empuja a emigrar; los más pudientes posiblemente a Miami y no pocos a España o a algún otro país de Europa. En España algunos se sienten “realizados”, no sólo por hablar la lengua castellana como otros latinoamericanos, sino por hacerlo de manera excepcional”. Al autor de este artículo, Carlos Santís, se refiere a los emigrados de colombia.